domingo, 29 de julio de 2007

Esa experiencia religiosa...


NOTA: Puede sonar a plagio, y si te parece asi querida Emma avisame que bajo el post.


Recien lei en tu blog un post excelente acerca del maravilloso espectáculo de las peluquerias, los peluqueros, estilistas y toda ese circo que rodea al mundo de las tijeras y no podía dejar de contar mi experiencia.

Yo creo que el peluquero, al igual que el plancha, se nace, no se hace. Aquel que se decide por esta majestuosa vocación trae la virtuosidad en los genes, no es una característica adqurida. Esa que siempre tiene el pelo quemado despues de años y años de planchitas mal hechas, tinturas de prueba que fracasaron, las uñas largas con preciosos esmaltes nacarados.. admito con humillación el hecho de que un día dejé que esas manos me cortaran el pelo.


Ese día decidicamente no estaba preparada para lo que me sucedió. Pensé ir a la peluqueria- sagrado templo de algunas al que acudo lo menos posible por un miedo adquirido tras varias experiencias engañosas... (con el brushing sos una diosa, ahora te lo lavas y es la noche del terror)- y bueno, solo iba con la intención de hacerme reflejos. Mi pelo en invierno agarra una negrura que es para ocultar, nada en contra de las morochas eh.. solo que me hallo más con las "rubias" (por lo de hueca NO es, aviso). Y bueno, así como dicen los novios cornudos: una cosa llevó a la otra y cuando quiero ver la guasa me estaba cortando el pelo... SI cortando.


Con la excusa de que "tenes las puntas inmundas, no te voy a tocar el largo y te va a quedar mejor si le doy forma" y con mi imposibilidad crónica de decirle que no a cierta gente, cai otra vez en la mentira de esta calaña bravisima de sátiros. Cuando la tijera se sintió satisfecha con lo suyo, cerró la boca y se fue a dormir me miré al espejo. Creo que solo un hombre al que le pegaron un pelotazo justo ahi en un partido de fútbol puede entender esa sensacion. Todavía no se inventó la palabra para describirla. "Estamos en eso" me dicen los del directorio de la RAE.


Y nada, que iba a hacer. Ya no era yo. Me convertí sin querer en una suerte de Charoná mal teñido (por qué hasta los reflejos los veia tétricos) y justo que esa noche tenía MI graduación y para la cual habia invitado a un chico de extrema importancia.


¿Ahora tenía que pasarlo a buscar a caballo y con una boleadora si era Charona?


Y todos esos pensamientos de Cenicienta se me esfumaron.

Como buena valiente, me aguanté las lagrimas y lloré en casa. De eso estoy orgullosa. Muy.


Desde ese entonces no volví a una peluqueria: si ya se... tengo las puntas hiper florecidas, el pelo sin forma y no me crece. Pero no me importa.

Louise

6 comentarios:

Emma dijo...

No me sonó a plagio, es más, me gustó haber leído tu experiencia (sin contar el ENORME orgullo de haber servido de algo). Hay que encontrar esos genes antes de saber con quien dejarnos tocar el pelo, ¿no? Pero es terriblemente complicado. ¡!

Bichicome dijo...

a lo largo crece...
para que puedas volver a cortartelo :P

La internet se basa en el plagio constante.
es mas, ahora voy a copiar tupost, y cambiar un par d enombres :P

Si, mi reina dijo...

Me declaro adicta a los brushings y a las planchitas. No viviría sin ellos,ok.
Se comparten las malas experiencias con peluqueros. Las puntas quemadas.Pero sigo llendo.Aunque, después de 10 años, encontre "mi peluquera estrella".
besos

pUbLiFrEaK dijo...

Yo trato de no ir mucho a la peluquería, es más, como mucho voy 2 veces por año. Y nunca confío en ningún peluquero. Siempre los dirijo hasta en el brushing (ya sé, soy una rompe). Pero con el pelo no se jode!!!

Salú!

No te contaré nada nuevo dijo...

Yo encontré una peluquera a la que le puede decir: corta como quieras. Es más, es lo que le digo cada vez que voy, ella agradecida, soy su única clienta que le da esa libertad.

Abrazo.

P.D: Me encanta cortarme el pelo.

Iki dijo...

Suele suceder. Tengo una amiga que el día de su fiesta la dejaron horrible. Se encerró en su cuarto y no quizo salir en todo el día. Pero después de tanto drama, no le había quedado tan mal.
Cuestión de gustos. Saludos