Escuchar o no escuchar, ese es el problema.

Recurrente sueño: Dios me dice que tengo que dejar de lado uno de mis cinco sentidos.

Casi sin pensar contesto que prefiero perder el oido: la vista es esencial, el tacto fundamental y el habla el don de la palabra. Y lo volví a pensar, y contestaría lo mismo.

Hoy escuchando música, como si de la nada me di cuenta: ¿Qué sería de mí sin el sentido auditivo? Creo que esta mezcolanza de pensamientos surgen a partir de la película Babel, una excelente película según mi opinión personal en la cual se presenta una historia de una chica sordomuda.

Cómo sería si ya no pudiesemos escuchar la puteada de algun tachero malhumorado, el grillo que canta en las noches de verano, el martillazo de los cascos del caballo al galopar, el doble discurso de algún político mentiroso, el apasionante grito de un gol en el estadio, el fascinante ruido de la lluvia sobre un techo de chapa mientras dormis, sin conocer la voz de Whitney Houston, ¿Sería lo mismo una reunión de amigas? ¿Cómo cabe entender una explosión? ¿Los fuegos artificiales? No somos conscientes de todas las cosas que tienen sentido gracias a lo auditivo: el odioso ruido de los mosquitos cuando te queres dormir, el ruidito que hace el termo cuando se llena, el metralleo del teclado, el chirriar del fuego. La música. ¿Qué es de las personas sin música? Me da escalofríos sólo de pensarlo.

Entrar a un boliche y que fuera lo mismo que ir a misa: la Nada. Nunca conocer el contagioso poder de la risa, no saber como suena tu nombre, no poder escuchar un "te quiero". En fin, que la vida sea toda en "MUTE" y que aunque trates no haya manera de subir el volumen.

Que la calle, el bondi, la facultad, un hospital, TODO se convierta en una biblioteca permanente, en un vacío sin salida, un silencio casi siniestro. Me saco el sombrero por toda la gente que vive en esta prisión blindada y sin embargo sobrevive. No entiendo como lo hacen, pero los aplaudo, aunque no lo puedan escuchar.

Louise